El dios digital

Ilustración por Burne-Jones, Edward Coley.

La religión no ha sido crucificada por los estados liberales, pero ha resucitado hoy en forma digital, en los oscuros resquicios del Internet.

Una página de Facebook llamada Religion Ball parece seguir una línea editorial sencilla: memes (miles de memes) que problematizan, se burlan, rinden homenaje y ponen en contacto distintas religiones y comunidades espirituales. La página es una tremenda enciclopedia que recoge imaginarios acerca de la religión, y en ella se encuentran memes acerca de Zeus persiguiendo mujeres, las prácticas halal, el satanismo, las diferencias entre distintas creencias cristianas, y un largo etcétera teológico.

Aunque no lo parezca, páginas como Religion Ball son serias y permiten conocer distintos tipos de prácticas religiosas desde un punto de vista menos sacro que en iglesias, sinagogas o mezquitas, y permiten debates entre distintos puntos de vista teológicos que en el mundo real pueden ser coartados por los dogmas y por las jerarquías religiosas. De hecho, 19 084 personas siguen los contenidos de la página para septiembre de 2019, y en ella se dan debates relativos simplemente a teología de religiones diversas en un mundo posmoderno en el que toda creencia, experiencia e identidad están marcadas por la tecnología.

Otra página llamada Socialist Jesus tiene 11 460 seguidores y tiene un acento más político: se trata de una página de memes y textos políticos acerca de la intersección entre el marxismo y el cristianismo. Por supuesto, y más allá de la teología de la liberación, las distintas vertientes del cristianismo comúnmente se oponen de manera oficial a las relaciones entre partidos políticos y comunidades religiosas. Así mismo, los estados liberales del presente se oponen también de manera oficial a aceptar los entrecruces entre religión y política. Sin embargo, como se ha visto a partir de debates como el del uso del hijab en países europeos de tradición liberal, la relación entre religión y político en nuestros tiempos tiene que ser repensada.

El Internet se ha vuelto un escenario propicio para estos debates, pues en él las discusiones son más acaloradas — y quizás más honestas — que en los congresos de los países. La religión y los conflictos religiosos y culturales son hoy más fuertes que hace treinta años y son un eje fundamental para entender la ideología actual, en el que se mezclan materialidades, realidades y aspectos culturales inmateriales.

Si bien durante todo el siglo XX las fuerzas dinámicas de la política estuvieron debatiéndose entre el comunismo y el capitalismo, a partir de la Caída del Muro de Berlín los conflictos internacionales han girado en torno a un eje religioso-cultural mucho más complejo. El antiguo conflicto de la Guerra Fría era un conflicto “occidental”, heredado de discursos europeos en torno a la economía y el derecho. Por el contrario, los nuevos conflictos religiosos y culturales (que tuvieron su punto culmen con el 9/11) tienen otros centros — si bien lo que sigue estando en juego es el control de la tierra y de recursos naturales como el petróleo o el agua — , quizás mucho más locales (ver el debate del euroescepticismo).

Por ejemplo, para hoy, no se puede decir que el estado chino sea totalmente comunista o capitalista, y como dice Slavoj Zizek en una entrevista para El País, puede que estemos frente al primer estado totalitario en términos políticos (como los antiguos regímenes comunistas) y neoliberal en términos económicos (como los regímenes capitalistas). Los antiguos parámetros e ideologías son relativos hoy en día, y el Internet se ha convertido en una forma efectiva de mostrar las fisuras, los límites y las diversidades de la ideología.

En términos religiosos, la lucha también es extraña. Un grupo religioso-militar como ISIS es diametralmente opuesto a grupos militares frecuentemente relacionados con el islam, como Hamás, e incluso como Al Qaeda. En el primer caso, el de Hamás, esta era una organización relacionada con la izquierda internacional y el nacionalismo, mientras que ISIS basa su ideología en el salafismo, una doctrina religiosa que busca un “regreso” de los musulmanes a una interpretación específica — y en cierta medida distorsionada — de los primeros años del islam (y que en occidente se tiende a relacionar con la extrema derecha). Hamás, en una interpretación relativa, podría ser asociada con otros movimientos de izquierda de la Guerra Fría, mientras que ISIS tiene una ideología que puede parecer poco familiar para ciudadanos de Latinoamérica, por ejemplo. Con Al-Qaeda, un grupo militar mucho más cercano en términos históricos, también hay diferencias y notables: mientras Al-Qaeda, de manera paradójica, era un grupo mucho más conservador en términos religiosos, ISIS es un grupo poco riguroso, que puede permitir extrañas evasiones de las leyes religiosas islámicas.

La otra diferencia es esta: ISIS está usando el Internet de manera masiva y viral. Según una infografía de Forbes, para 2008 existían dos cuentas relacionadas con ISIS, mientras que para 2014 existían más de 11 000. Se trata de un crecimiento dramático. Según otra infografía del portal Statista, para 2017, ISIS producía más de 100 artículos, videos e imágenes para Internet cada semana.

Toda esta producción y este manejo de redes masivo y profundo han hecho que ISIS se vuelva un principal competidor cultural, incluso en países no islámicos, como Estados Unidos o Gran Bretaña. Hoy en día, los grupos militares políticos y religiosos no tienen que escoger hombres y mujeres para la clandestinidad, sino que pueden usar el Internet como plataforma para cautivar audiencias (la gran mayoría de ataques de ISIS han sido llevados a cabo por europeos o estadounidenses que nunca tuvieron contacto directo con dirigentes de ISIS, pero sí estuvieron en contacto con redes sociales de ese grupo). Según la misma infografía, 10 388 usuarios estadounidenses tuvieron contacto con contenido relacionado con grupos extremistas religiosos.

Así como pasa con la política, la religión, la cultura, y sus intersecciones ideológicas también tienen como escenario el Internet, y es un escenario de batalla. Si usted busca en Google resultados relacionados con religión e Internet, podrá ver artículos como este, en el que se afirma que la religión está perdiendo poder debido al Internet, o que por lo menos la religión organizada no tiene cabida en los espacios virtuales. Esto puede ser cierto, pero solo si se mira desde un foco relativo: la religión está perdiendo adeptos en el Internet si tenemos en cuenta que nuevas perspectivas religiosas están teniendo cabida, sobre todo a causa de las relaciones entre ideologías políticas y creencias religiosas. Quizás Slavoj Žižek pueda ayudarnos de nuevo a entender estas intersección. Según este video, la única forma de ser ateo es a partir del cristianismo, y una nueva izquierda (hija de Walter Benjamin) se relaciona a menudo con el judaísmo, el mesianismo y el cristianismo, sin que sea necesario creer en un dios, sino solo manteniendo estructuras políticas. Por supuesto, una nueva educación política tiene que ser pensada desde estas perspectivas.